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¿Qué es la Obsolescencia Programada? Profeco explica los tipos y alerta sobre sus consecuencias

La Profeco llama a identificar y frenar esta práctica, por sus impactos ambientales, económicos y sociales.

Profeco alerta sobre la obsolescencia programada en dispositivos electrónicos.
Profeco alerta sobre la obsolescencia programada en dispositivos electrónicos.Créditos: Fuente: Freepik.
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La Procuraduría Federal del Consumidor lanzó una advertencia a los consumidores sobre una práctica cada vez más común entre fabricantes de dispositivos electrónicos: la obsolescencia programada

A través de la edición de septiembre de la Revista del Consumidor, la dependencia expone cómo esta estrategia impacta tanto en la economía familiar como en el medio ambiente.

La estrategia de reducir intencionalmente la vida útil de productos afecta al bolsillo de los consumidores y al medio ambiente. Fuente: Freepik. 

¿Sabías que tus dispositivos podrían estar diseñados para fallar antes de lo esperado?

Se trata de la obsolescencia programada, una táctica deliberada que consiste en diseñar productos con una vida útil limitada, lo que provoca su desuso prematuro con el objetivo de fomentar su reemplazo constante. 

La Profeco advierte que esta práctica se ha vuelto habitual en aparatos electrónicos y electrodomésticos de uso cotidiano, como celulares, computadoras, tabletas, lavadoras, secadoras de cabello, microondas y refrigeradores.

Profeco identificó cinco modalidades comunes mediante las cuales los fabricantes inducen el fin anticipado de sus productos:

  • Física: uso de materiales frágiles o componentes con alta probabilidad de falla.
  • Estética: cambios en el diseño que hacen ver obsoletos los modelos anteriores.
  • Funcional: incompatibilidad con nuevas tecnologías, aunque el dispositivo aún funcione.
  • Indirecta: falta de refacciones o servicio técnico disponible.
  • Percibida: sensación de desactualización generada por la moda o el marketing.

¿Cómo afecta la obsolescencia programada tu bolsillo y al medio ambiente?

Las repercusiones de la obsolescencia programada son profundas. Desde el punto de vista ambiental, los productos desechados inadecuadamente se convierten en basura electrónica, una de las formas de contaminación más peligrosas, ya que México genera aproximadamente 1.2 millones de toneladas métricas de este tipo de residuos, el equivalente a llenar cuatro veces el Estadio Azteca.

Cada vez más dispositivos están hechos para fallar. Fuente: Freepik.

Muchos de estos residuos contienen sustancias tóxicas que pueden filtrarse en el subsuelo, contaminando el agua y la tierra, además de representar un riesgo directo para la salud de las personas que manipulan esta basura sin protección.

En el plano económico, la obsolescencia programada obliga a los consumidores a gastar continuamente en la compra de nuevos aparatos, elevando el costo de vida sin que necesariamente se obtengan productos de mayor calidad o durabilidad.

¿Qué acciones pueden frenar la obsolescencia programada y sus efectos negativos?

La Profeco propone cuatro acciones clave para enfrentar esta problemática:

  1. Fortalecer la gestión de residuos electrónicos: mejorar la infraestructura para su recolección, reciclaje y disposición segura.
  2. Regular la obsolescencia programada: establecer normativas que limiten o prohíban esta práctica.
  3. Fomentar la economía circular: incentivar la reutilización, reparación y reciclaje de dispositivos electrónicos.
  4. Educar a la población: promover el consumo responsable y la toma de decisiones informadas por parte de las y los consumidores.

Profeco cierra su alerta destacando la necesidad urgente de replantear nuestros hábitos de consumo ante el ritmo acelerado del desarrollo tecnológico. Se requiere transformar tanto la forma en que producimos como la manera en que consumimos, apostando por productos duraderos, reparables y sostenibles.

Diseñar productos para que duren menos se ha vuelto una estrategia común. Fuente: Freepik.

La obsolescencia programada no es solo un reto técnico, sino un problema que demanda la participación conjunta de fabricantes, autoridades y consumidores para lograr soluciones con verdadero impacto social y ambiental.