Zayda Peña tenía 26 años cuando la mataron en un hotel de Matamoros, Tamaulipas. La joven promesa del regional mexicano apenas comenzaba a forjar una carrera en la música cuando le arrebataron la vida. Zayda tenía talento y amaba el regional.
Apadrinada por el icónico Lupe Esparza, quien acompañó a Zayda Peña y la impulsó para que diera sus primeros pasos en la música, la artista tenía una voz fresca y carisma extraordinario, lo que la llevó a sonar en todo Tamaulipas de donde era originaria. Primero formando parte de agrupaciones y luego como solista, la cantante de música regional llamaba la atención de un público que día a día se enamoraba más de su talento. Sin embargo, su vida se truncó de manera violenta en 2007.
Qué pasó esa fatídica noche de 2007
La noche del 30 de noviembre de 2007, Zayda Peña y su amiga Ana Bertha González fueron al show de Alejandra Guzmán, al salir de allí, se dirigieron al hotel Mónaco. Animadas y risueñas, las jóvenes no sabían que ese sería el lugar donde iba a acontecer la tragedia.
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(Foto: YouTube/ Zayda Y Los Culpables)
En el hotel, Zayda y su Ana pidieron servicio a la habitación, hasta allí llegó un camarero, pero junto a él, apareció un hombre que les disparó a quemarropa. Producto de la balacera, murieron Ana y el camarero. Zayda Peña quedó herida de gravedad y fue trasladada a un hospital, pero ahí no terminaría la odisea.
En el centro médico pudieron operar a la artista, pero cuando fue trasladada a una habitación, un hombre burló la seguridad y entró para dispararle nuevamente. Zayda perdió la vida instantáneamente, y con ella, un sueño que prometía ser brillante.
Zayda Peña, un legado truncado
El trágico desenlace de Zayda conmocionó a la industria musical. Su estilo fresco y su carisma habían comenzado a dejar huella en el corazón de sus seguidores. La noticia del asesinato de Zayda Peña se esparció rápidamente, y la comunidad artística se vistió de luto. Conocida por éxitos como "Lo quiero a morir" y "De contrabando", su música resonaba en cada rincón donde se escuchara el regional mexicano. La tristeza por su partida se mezcló, en ese momento, con la indignación ante la violencia extrema del episodio que terminó con su sueño.