El Día de Muertos es una celebración llena de color y tradición que se ha convertido en una de las favoritas en México. Uno de los símbolos más destacados de la festividad es el altar adornado con ofrendas de comida y bebida para honrar a los difuntos. Pero, ¿por qué no se consumen estos alimentos después de la celebración?
Acompáñanos a explorar las razones detrás de esta práctica, entrelazando creencias populares y explicaciones científicas.
El simbolismo detrás del altar de Día de Muertos
El altar de muertos es más que una simple decoración, es un espacio sagrado donde los vivos conectan con sus seres queridos que desgraciadamente ya no están en este plano terrenal. Cargado de simbolismo, cada elemento tiene un significado especial, desde las ofrendas de comida como el tradicional pan de muerto hasta las frutas de temporada, que son un gesto de bienvenida para las almas que regresan a visitar a sus seres queridos.
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Una de las creencias más arraigadas es que las almas de los difuntos se alimentan de las ofrendas colocadas en el altar. Se dice que los espíritus absorben la esencia y el sabor de los alimentos, dejándolos sin nada para los vivos. Por respeto a los ancestros, muchas familias evitan consumir estos alimentos, considerando que sería como quitarles algo que les pertenece.
¿Por qué no comer los alimentos de la ofrenda de Día de Muertos?
Aunque la creencia en la alimentación de las almas es hermosa y llena de significado, la ciencia ofrece una explicación más real para el cambio de sabor en los alimentos del altar. Algunos expertos han atribuido que la exposición al aire libre, las variaciones de temperatura y humedad así como el paso del tiempo provocan un proceso conocido como oxidación.
La oxidación sería lo que altera las propiedades de los alimentos, afectando su color, sabor y textura. En el caso del pan de muerto, por ejemplo, las grasas presentes se oxidan rápidamente, dando lugar a un sabor rancio. Y es en realidad por esta razón que no se recomienda consumir los alimentos de la ofrenda, ya que incluso podrían estar a un paso de la descomposición, lo que afectaría la salud de las personas vivas.
¿Superstición o respeto?
La decisión de consumir o no los alimentos del altar es una elección personal que se basa en una combinación de creencias culturales y conocimientos científicos. Si bien la ciencia explica el cambio de sabor, la tradición y el respeto por los ancestros siguen siendo motivos válidos para no consumir estas ofrendas.
Independientemente de la razón, lo importante es mantener viva esta hermosa tradición y honrar la memoria de nuestros seres queridos.