La licencia de conducir es uno de los documentos más importantes que debe poseer un ciudadano mexicano a la hora de manejar un vehículo. Esta credencial de vialidad habilita al conductor a estar detrás de un volante de manera legal.
Existen ciertos requisitos para gestionar esta credencial. Cada alcaldía o estado puede tener ciertas particularidades en su normativa, pero la condición común es ser mayor de edad. Sin embargo, puede que muchas personas aún tengan la duda de la edad límite para obtener este carnet.
¿Cuál es la edad máxima para manejar en México?
Si bien muchos países cuentan con restricciones de edad a la hora de renovar la licencia de conducir, lo cierto es que México no cuenta con tal prohibición o advertencia. En otras palabras: en territorio mexicano no hay límite de edad máxima para hacer la renovación del carnet de conducir.
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Sin embargo, la persona que desee hacer la gestión, independientemente de la edad que tenga, debe cumplir algunos requisitos. Esto se indica para garantizar que el conductor aún es apto para estar detrás de un volante.
Según lo que indica el Artículo 51 de la Ley General de Movilidad y Seguridad Vial:
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“Todas las personas que realicen el trámite para obtener o renovar una licencia o permiso de conducir, deben aprobar un examen de valoración integral que demuestre su capacidad para conducir”.
Pero la normativa también expresa que se requiere hacer un examen teórico y práctico sobre conocimientos y habilidades necesarias. El único aspecto importante a tener en cuenta para el procedimiento es que a partir de los 60 años, los adultos deben realizarse exámenes médicos más detallados y específicos para evaluar su aptitud en un vehículo.
¿Cuándo una persona mayor debe dejar de conducir?
Según un estudio dirigido por Robert H. Shmerling, miembro del Consejo Asesor Editorial de Harvard Health Publishing, estos son los signos que hay que tener en cuenta para saber si los adultos mayores deben dejar de conducir vehículos y, por lo tanto, desistir de renovar la licencia:
- Conducción errática (velocidades extremas, dificultades para mantenerse en el carril o conducción insegura)
- Estar bajo efectos de ciertos medicamentos: somnolencia, confusión u otros efectos secundarios que afecten los sentidos y las habilidades necesarias para conducir.
- Condiciones de salud médicas crónicas o agudas que afecten los sentidos y la seguridad al conducir
- Signos notables de envejecimiento: disminución en la velocidad de reacción y la capacidad para tomar decisiones rápidas en la carretera
- Memoria o desorientación: dificultades para recordar reglas de tránsito, señalética o rutas habituales