El asteroide 2024 YR4, que recientemente generó alarma por su posible colisión con la Tierra en 2032, ya no representa una amenaza directa para el planeta. Sin embargo, nuevos cálculos indican que sí podría impactar la Luna, lo que ha despertado el interés de la comunidad científica internacional.
¿Ya no existe riesgo para la Tierra con el asteroide 2024 YR4?
Según confirmaron la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA), las probabilidades de impacto con la Tierra se redujeron a prácticamente cero luego de nuevas observaciones realizadas con el telescopio espacial James Webb el pasado 26 de marzo. Anteriormente, se estimaba un 3,1% de probabilidad de colisión, pero ahora esa amenaza ha sido descartada.
¿Existe riesgo para la Luna con el asteroide 2024 YR4?
Aunque la Tierra está fuera de peligro, la situación con la Luna es diferente. Los nuevos modelos orbitales sugieren que el asteroide, de aproximadamente 60 metros de largo, tiene alrededor de un 2% de posibilidades de chocar contra el satélite natural. Si bien la probabilidad sigue siendo baja, el escenario es lo suficientemente factible como para que los astrónomos continúen con el monitoreo.
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¿Qué pasaría si el asteroide impacta la Luna?
Para los científicos, un impacto de este tipo no supondría ningún peligro para la Tierra, pero sí representaría una oportunidad única de estudio. Así lo explicó Julia de León, investigadora del Instituto de Astrofísica de Canarias y experta en defensa planetaria de la ESA:
“Si impacta contra la Luna no sería peligroso para nosotros, pero sería una oportunidad estupenda para ver un impacto lunar y sus efectos a corto plazo”.
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¿Por qué preocupa el tamaño del asteroide?
El asteroide 2024 YR4 entra dentro del rango que la ONU considera potencialmente peligroso, ya que cualquier objeto de más de 50 metros podría causar daños significativos. Como referencia, en 2013, un meteorito de 20 metros explotó sobre Cheliábinsk, Rusia, liberando una energía equivalente a 35 bombas de Hiroshima y provocando más de 1.500 heridos por la onda expansiva.
El equipo de investigación volverá a usar el telescopio James Webb en mayo, con el fin de refinar los cálculos y confirmar si el asteroide impactará o no la Luna. “Ojalá impacte”, afirmó De León, señalando que esto permitiría hacer seguimientos desde telescopios espaciales y terrestres.
“Sería una oportunidad fascinante para la ciencia”, concluyó la experta. El posible choque no solo permitiría observar un evento de impacto en tiempo real, sino también recopilar datos sobre el comportamiento de los materiales lunares y sus reacciones ante colisiones de alta energía, como en el caso del asteroide.