ATÚN ENLATADO

¿Qué esconde el líquido de las latas de atún?

Explora el misterio detrás del contenido líquido en las latas de atún y descubre su propósito, composición y las implicaciones que tiene para el consumo y la sostenibilidad.

Entender su naturaleza y cómo influye en el atún nos permite tomar decisiones más conscientes al momento de consumirlo
Entender su naturaleza y cómo influye en el atún nos permite tomar decisiones más conscientes al momento de consumirloCréditos: Pexels-Canva
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El atún enlatado se ha consolidado como un alimento básico en innumerables hogares alrededor del mundo. Su conveniencia, versatilidad y alto contenido proteico lo hacen ideal para diversas preparaciones, desde ensaladas hasta sándwiches y guisos rápidos.

Sin embargo, al abrir una lata de atún, un elemento que a menudo pasa desapercibido, o que incluso genera dudas, es el líquido en el que el pescado viene conservado. Este componente, ya sea agua, aceite de girasol, aceite de oliva o algún tipo de salmuera, cumple una función más allá de simplemente mantener el atún húmedo.

La presencia de este líquido suscita interrogantes sobre su composición, su valor nutricional y su impacto en la calidad general del producto. Para muchos consumidores, el líquido es simplemente un medio de conservación que se desecha sin pensarlo dos veces, mientras que otros pueden preguntarse si es seguro consumirlo o si aporta algún beneficio.

Desentrañar qué esconde realmente este líquido es fundamental para comprender mejor el atún enlatado y tomar decisiones más informadas sobre su uso y disposición.

Más allá de la conservación

El líquido que acompaña al atún enlatado, lejos de ser un mero relleno, desempeña un papel crucial en la conservación y la calidad del producto. Su función principal es proteger el atún del contacto con el aire, lo que previene la oxidación y el deterioro, asegurando así su frescura y prolongando su vida útil en la despensa.

Sin este medio líquido, el atún se secaría rápidamente y perdería sus propiedades organolépticas, como la textura y el sabor. Además, este fluido contribuye a mantener la integridad del pescado, evitando que se desmenuce excesivamente dentro de la lata.

La elección del tipo de líquido (agua, aceite o salmuera) influye directamente en las características finales del atún, desde su perfil nutricional hasta su gusto y consistencia.

Los tipos de líquidos más comunes son el agua, el aceite de girasol y el aceite de oliva, cada uno con sus propias características. El atún en agua, por ejemplo, es una opción preferida para quienes buscan reducir el aporte calórico y graso, ya que el agua no añade calorías significativas al pescado.

Por otro lado, el atún en aceite, especialmente en aceite de oliva, suele ser valorado por su sabor más intenso y su textura más jugosa, aunque conlleva un mayor contenido calórico. Sin embargo, no todo el líquido es igual.

En el caso del atún en aceite de girasol, el líquido contiene principalmente los aceites propios del pescado, lo que implica que una parte importante de los ácidos grasos omega-3 del atún puede migrar al líquido.

Impacto en la nutrición y el sabor

La composición del líquido en las latas de atún tiene un impacto directo tanto en el perfil nutricional como en el sabor final del producto. Cuando el atún se conserva en agua, el contenido de nutrientes esenciales, como los ácidos grasos omega-3, tiende a permanecer mayormente en el pescado, ya que el agua no los disuelve con facilidad.

Esto convierte al atún en agua en una opción más ligera y con una concentración más pura de las grasas saludables inherentes al pescado, ideal para dietas bajas en calorías o aquellas que buscan maximizar el aporte de omega-3 sin grasas añadidas. Es una alternativa popular para ensaladas frías o preparaciones donde se desea un sabor más neutro del atún.

En contraste, el atún conservado en aceite, sobre todo en aceite de girasol, presenta una dinámica diferente. Una parte significativa de los beneficiosos ácidos grasos omega-3 del atún tiende a disolverse y migrar hacia el aceite que lo rodea. Esto significa que, si el aceite se drena por completo antes de consumir el atún, se pueden perder valiosos nutrientes que han pasado al líquido.

Por ello, si se busca aprovechar al máximo el contenido de omega-3 del atún en aceite, se recomienda no desechar todo el líquido o, al menos, considerar su uso en la preparación de salsas o aderezos.

El atún en aceite de oliva virgen extra, por su parte, no solo retiene mejor los omega-3 en el pescado debido a la calidad del aceite, sino que también enriquece el sabor con sus propias notas frutadas, aportando un extra de grasas monoinsaturadas saludables. 

Desechando o aprovechando el líquido

La decisión de desechar o aprovechar el líquido de las latas de atún depende en gran medida del tipo de conservación y de las preferencias personales. Si el atún viene en agua, el líquido suele ser simplemente eso, agua con algo de sabor a pescado y quizás sal, y generalmente se desecha, aunque algunos pueden usarlo para dar sabor a caldos.

En el caso del atún en aceite, especialmente en aceite de girasol, donde una porción de los omega-3 del pescado se ha disuelto en el líquido, el descarte total de este aceite podría significar una pérdida nutricional.

Para aquellos preocupados por el desperdicio o por maximizar los nutrientes, el aceite de las latas de atún puede ser incorporado en preparaciones culinarias, como aderezos para ensaladas, salteados o como base para mayonesas caseras, siempre que sea de buena calidad y se ajuste al sabor deseado.

Esta práctica no solo reduce el desecho, sino que también puede añadir un toque extra de sabor y nutrientes a los platos. No obstante, es fundamental considerar la composición del líquido y el origen del atún para tomar una decisión informada sobre su consumo o descarte responsable.

 

En conclusión, el líquido presente en las latas de atún no es un componente pasivo, sino un elemento activo en la conservación y la configuración nutricional del producto. Entender su naturaleza y cómo influye en el atún nos permite tomar decisiones más conscientes al momento de consumirlo.

Ya sea que se opte por el atún en agua para una opción más ligera o por el atún en aceite de oliva para un sabor más intenso y un aporte adicional de grasas saludables, lo crucial es reconocer el rol del líquido. La información sobre su composición nos empodera para aprovechar al máximo los beneficios de este popular alimento, adaptándolo a nuestras necesidades dietéticas y preferencias culinarias.