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¿Llegas tarde al trabajo? No es por ser irresponsable, podrías estar enfermo

¿Sabías que la impuntualidad no siempre es sinónimo de irresponsabilidad? Especialistas en salud mental han identificado que, en muchos casos, llegar tarde está relacionado con un problema de salud.

¿Llegas tarde al trabajo? No es por ser irresponsable, podrías estar enfermo
¿Llegas tarde al trabajo? No es por ser irresponsable, podrías estar enfermoCréditos: Stock Canva.
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Llegar tarde al trabajo o a cualquier compromiso es un fenómeno tan cotidiano que, en lugares como México, parece parte del paisaje; sin embargo, detrás de la impuntualidad se esconde una compleja red de factores: desde el caos del tráfico hasta las extenuantes jornadas laborales, pasando por responsabilidades familiares o problemas de salud.

Lejos de ser solo un descuido, llegar tarde puede ser un síntoma de algo más profundo, como la ceguera temporal, una condición que afecta cómo percibimos y gestionamos el tiempo.

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Llegar tarde: ¿Un problema de salud?

¿Sabías que la impuntualidad no siempre es sinónimo de irresponsabilidad? Especialistas en salud mental han identificado que, en muchos casos, llegar tarde está relacionado con un problema conocido como ceguera temporal o time blindness.

Esta condición, aunque no es un diagnóstico oficial en el DSM-5, dificulta calcular cuánto tiempo se necesita para completar una tarea o llegar a un lugar, impactando directamente la gestión del tiempo.

Según el psiquiatra Dr. Mauran Sivananthan, la ceguera temporal se caracteriza por la incapacidad de estimar correctamente los intervalos de tiempo; esto puede traducirse en retrasos constantes, dificultades para cambiar de actividad o subestimar el tiempo que toma prepararse por las mañanas.

Quienes la padecen no solo enfrentan frustración personal, sino también malentendidos sociales, ya que pueden ser percibidos como desorganizados o poco considerados.

¿Qué es la ceguera temporal o time blindness?

La ceguera temporal, también conocida como time agnosia, es una alteración en las funciones ejecutivas del cerebro, que son las habilidades mentales responsables de planificar, organizar y adaptarse. Como explica la analista de conducta Laurie Singer, esta condición impide medir con precisión el paso del tiempo, lo que lleva a errores como calcular mal cuánto se tardará en alistarse o quedarse atrapado en una actividad por horas, un fenómeno conocido como hiperfoco.

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La ceguera temporal es especialmente común en personas con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), pero también puede presentarse en quienes viven con autismo, ansiedad, depresión, lesiones cerebrales o enfermedades neurológicas como el Parkinson o la esclerosis múltiple. Estas personas no solo luchan contra el reloj, sino contra un cerebro que no procesa el tiempo de manera convencional.

¿Cómo manejar la ceguera temporal?

Aunque la ceguera temporal puede parecer un obstáculo insuperable, existen estrategias prácticas para gestionarla y mejorar la puntualidad. Los expertos sugieren usar herramientas externas como temporizadores, alarmas o aplicaciones de gestión del tiempo para llevar un control más objetivo de las actividades diarias. Por ejemplo, programar una alarma antes de entrar a la ducha o iniciar un proyecto puede marcar la diferencia.

Establecer rutinas diarias también es clave. Según Laurie Singer, una estructura fija reduce la fatiga mental, mejora la productividad y ayuda al cerebro a encontrar un ritmo natural. Otras recomendaciones incluyen dividir las tareas en pasos pequeños, usar recordatorios visuales y, en casos más complejos, buscar apoyo terapéutico para trabajar en las funciones ejecutivas.

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Con constancia y las herramientas adecuadas, la ceguera temporal no tiene por qué definir tu relación con el tiempo. Adoptar estas estrategias no solo te ayudará a llegar a tiempo al trabajo, sino a vivir con mayor orden y tranquilidad.

Llegar tarde al trabajo o a cualquier compromiso no siempre es una cuestión de descuido. Factores como el tráfico, las jornadas laborales extenuantes o la ceguera temporal pueden estar detrás de la impuntualidad. Al entender estas causas y adoptar estrategias prácticas, es posible transformar este hábito y mejorar tanto la productividad como el bienestar. ¿Y tú, qué haces para ser más puntual?