En el complejo universo de las relaciones amorosas, no siempre el amor es el pegamento que mantiene unidas a las parejas. Según varios psicólogos, existen razones profundamente arraigadas que explican por qué algunas parejas continúan juntas a pesar de que la chispa del amor se haya apagado hace tiempo. A continuación, exploramos las principales causas, respaldadas por opiniones de expertos.
Todo tiene una fecha de caducidad, también el amor. A veces, ese final llega más pronto de lo esperado, pero normalmente se puede intuir a través de pequeñas señales. Puede que a uno de los dos se le agote antes la pasión o que busque con ansia los brazos de otra persona, lo que puede derivar en una infidelidad. Sea como sea, hay muchos motivos por los que las parejas rompen, al igual que otros tantos por los que siguen cuando en realidad deberían abandonar.
Según Aldrich Chan, psicólogo estadounidense, la culpabilidad es una de las razones más comunes por las que las parejas continúan juntas. “Sentirse culpable por querer cortar al sentir que debes algo a tu pareja es un mal motivo por el que seguir”, asegura Chan. La culpa puede bloquear al individuo, impidiendo tomar decisiones que prioricen su felicidad y bienestar.
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La presión social y el miedo a la soledad
Además de la culpa, la presión social juega un papel significativo en la permanencia de las parejas. La relación no sólo involucra a dos personas, sino también a sus círculos sociales y familiares. “Decidir continuar por presiones externas, como las expectativas familiares o el miedo a ser juzgados, no es nada sano para la relación”, sostiene Chan. Esta presión puede llevar a que las personas se sientan obligadas a mantener una relación para evitar el qué dirán.
Otro motivo común es el miedo a la soledad. Muchas personas temen enfrentar la vida sin una pareja, especialmente si han pasado mucho tiempo en una relación. “El hecho de no poder tolerar la soledad puede hacer que sigas en una relación de lo más tóxica debido a tu imperiosa necesidad de permanecer al lado del otro a toda costa”, explican los expertos. La clave está en aprender a estar satisfecho y feliz con uno mismo antes de buscar compañía.
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Miedo al cambio y dependencia económica
El miedo al cambio es otro factor crucial. Abandonar una relación, aunque sea infeliz, significa enfrentar lo desconocido. Este miedo puede compararse con permanecer en un empleo insatisfactorio por temor a que la alternativa sea peor.
Por último, la dependencia económica es una razón poderosa para no romper una relación. Muchas parejas comparten responsabilidades financieras que las mantienen juntas. “Es necesario buscar la independencia financiera para poder apostar por relaciones donde lo emocional prevalezca sobre lo económico”, recalca el experto. La dependencia económica puede alargar una relación que de otro modo habría terminado.
Reconocer estos factores y trabajar en la independencia emocional y económica puede ser crucial para tomar decisiones más saludables en las relaciones de pareja.